domingo, 25 de abril de 2010

Cuando un amigo se va

Es poco probable poder tener un amistad profunda con una persona a la que conoces solo unos pocos meses, y si no tratas mucho con ellos aun peor, pero hay personas que tienen la cualidad sorprendente de calar en el alma, y en el corazón de las personas, ese es el caso de un compañero de trabajo que acaba de renunciar.

Su nombre Manuel, aunque era más conocido por nosotros como "Peluchín", por el abundante vello corporal, no tuve la oportunidad de tratarlo mucho tiempo, pero en el tiempo que traté con el pude encontrar una persona muy amable y paciente, no es la persona típica de fortaleza dura que solemos tener casi todos los hombres, pero de una forma es fuerte, ya que mucho tiempo estuvo brindando a la empresa sus servicios casi ininterrumpidamente por tres años.

Recuerdo cuando llegamos a la empresa a la capacitación, ambos mi hermano y yo totalmente nerviosos ante un mundo que no conocíamos, nos adentro en este nuevo trabajo con paciencia y supo responder a todas nuestras dudas, la corta capacitación ayudo mucho.

De ahí en más se volvió un buen compañero, ayudó mucho los primeros días, al conversar con los diferentes personajes que pasan por Minka (olvidé comentárselos trabajamos en unos locutorios que una empresa distribuye a nivel nacional, y nosotros estamos en Minka); pude saber que es una persona muy querida y apreciada, hoy que se va de la empresa en busca de un futuro mejor, le deseamos que en todo lo que emprenda pueda tener éxito.

QUE DIOS TE GUARDE PELUCHIN



Imagen de donde trabajamos.

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