viernes, 29 de octubre de 2010

Más que amigos, HERMANOS

Hola viejo amigo, si hay cosas de las que uno puede aprender son de las experiencias.

He conocido a mucha gente, pero nadie me ha marcado como estos chicos que han pasado por mi vida, cada uno de ellos ha sido un convite a disfrutar mi vida, he aprendido con ellos a expresarme, a llorar de verdad, a reír de verdad, primero como parte del trabajo que tenía que realizar con ellos, después se robaron mi corazón, cada uno de ellos han sido parte esencial de mi vida... y dirás viejo amigo, ¿de quiénes hablas?, pues de los chicos de Filoi, JAC, y Sebaot; que todos los jóvenes de la iglesia; cada uno de ellos ha marcado mi vida de manera muy especial, me enseñaron las bases de una verdadera y buena amistad, me han sabido querer como nadie, un cariño y amor especial, han marcado mi vida... las experiencias con ellos han sido de lo mas emotivas, mi anhelo es regresar a trabajar con ellos.

Se que en muchas ocasiones les he fallado demasiado, en un momento los dejé y los abandoné, porque me deje llevar por cosas que a veces uno siendo adulto se deja llevar, y olvidé lo que cada uno de ellos significaba para mi, cada uno de ellos era mi hermanito y mi hermanita menor... se que al dejarlos traicioné toda la confianza, el cariño y el amor que les dejé.

Tal vez, si uno piensa como adulto se justificaría diciendo, pero tenias que trabajar, pero tu tienes responsabilidades que cumplir, o cualquier excusa. Pero un día dije que daría mi vida por ellos, y ellos me creyeron, como muchas veces dicen los que estamos dentro del servicio a Dios, son vidas, y la confianza perdida es difícil de recuperar, sobre todo si se trata de adolescentes y de jóvenes...

Si Jesús, sus discípulos, y muchas personas a través de los años dejaron todo por cumplir esa misma misión, la de enseñar el evangelio del amor, no ese evangelio que te prohíbe todo, si no el evangelio que habla de error y perdón, ese evangelio que dice que Dios es Amor, y el amor es acción, porqué nosotros ponemos excusas y dejamos de lado todo eso...

Aún mi anhelo es trabajar de nuevo con ellos, aunque en muchas ocasiones no he sabido ser sabio, pido perdón por ello, y no siempre he sabido ser un buen consejero, o no supe ver las cosas mas allá de mis narices, y me volví egoísta, y olvidé lo que enseñó el Maestro, que es el desapego total de nosotros por los demás.

Una vez más Perdón.


P.D.: No deseo volver a repetir el error que tuve con Evelyn, en serio chicos los quiero mucho...

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