Mi viejo amigo, al parecer tu sigues tan fuerte como siempre, tan hermoso, tan lleno de vida, tan poderoso, pero a la vez tan apacible.
Miércoles 23 de febrero, un día después de mi cumpleaños, desperté como de costumbre, un olor a maracuyá me despertó, era la torta que compré el día anterior en un centro comercial por motivo de mi cumpleaños. Ese día lo pasé con mi enamorada y su mamá, me llamaron mas temprano mi madre y mis tías, y fui a la iglesia, algunos amigos me saludaron pero no pudimos ensayar, así que compramos la torta de maracuyá en un centro comercial, la disfrutamos con mi hermano, acompañándola con un vaso de gaseosas.

Fuimos a encontrarnos con los chicos, estaban ahí, Jhontep, Paulette, Ztefani, y con ellos nos dirigimos a la playa, una mototaxi roja nos llevó hasta "Costa Azul", nombre de la playa de Ventanilla. El recorrido no es mucho, pero está lleno de color y naturaleza, se ve el mercado y después los famosos Humedales de Ventanilla.


Llegamos al estacionamiento que da la bienvenida a todo visitante y al remodelado boulevard que nos presenta unas piletas hermosas, subimos las escaleras y un olor que no he olvidado me hace recordar viejas añoranzas, un hermoso mar ventanillense se ve al horizonte, nos sentamos a esperar a Kathy que llega en unos minutos, avanzamos hacia la playa, la cual es amplia, y permite al bañista escoger un lugar apropiado, como siempre los chicos escogen un lugar hacia la derecha donde está ubicado el puesto del salvavidas que en dias particulares no se encuentra, ponemos las cosas y lo que se ve al fondo es impresionante, el mar.
Después de ello mi viejo amigo pude disfrutar de tu arena jugando con mis amigos, y de tus aguas atrapando algunos seres que después devolvimos. Ha sido un reencuentro hermoso mi viejo amigo, has sido amable como siempre, y me has mostrado lo maravilloso que es nuestro creador.
Espero que ese paraíso tan hermoso se mantenga intacto y que el azote pase de largo.
ResponderEliminarBesos y abrazos para ti y los tuyos