A amanecer, casi siempre es frío, y la pereza me ataca mas que de costumbre; sí, es raro sentir esa sensación de cansancio, que mata. Un raro olor envuelve en las mañanas después de una noche de descanso; pero la verdad es que no siempre descansas; pues el calor nocturno te envuelve como si nada.
Es hora de ir a trabajar y de hacer que la pereza descanse, solo hay una cosa reconfortante de trabajar donde trabajo es que al mirar al horizonte, este no está vacío; este esta lleno de vida; al fondo hacia el norte se ve como dibujado Mi Perú y Pachacutec, sobre todo si el día brilla, pero lo hermoso es al frente como mirando el amanecer, los ficus al costado de la carretera por la cual pasan raudos los automóviles y buses que se dirigen al Callao o a la Capital Lima.
No se si es coincidencia pero eso motiva a comenzar, es un nuevo día, se nota al mirar el horizonte.
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Habla que el Mar escucha