Una de las cualidades que mas nos impacta a los hombres de las mujeres, es que tienen una sorprendente forma de resolver las cosas y de decidir por nosotros, y la mejor parte es que lo hacen parecer como si nosotros lo hubiéramos decidido, solo que después de un tiempo (usualmente tarde, cuando ya dijimos si a todo), es que lanzamos la pregunta fatídica al aire, ¿Cuándo decidiste eso amor?, lo increíble es que es solo una pregunta de saber como pueden hacer eso sin despeinarse, pero nuestras amadas usualmente suelen asociar ese tipo de preguntas hacia un tipo de disgusto de nuestra parte; si, yo se que en muchos casos nos encantaría decidir, pero cuando ellas lo hacen lo hacen tan genial que en realidad solo la sorpresa que puede causar aquello suele deslumbrarnos y en muchos casos encandilarnos mas de lo debido... no mi amada no estoy reclamando deseo saber como lo hiciste.
Esto me recuerda la historia de Carlos, un amigo mío que siempre anda en la luna, nunca sabe que hacer y si se le pide que organice una salida o una reunión, es más que un cero a la izquierda. Carlos mantiene una relación con una hermosa mujer, se conocieron hace cuatro años y están juntos tres; el nombre de la dama es Maricielo.
Como habrán de imaginarse quien organiza los paseos de esta pareja es nada menos que Maricielo, cada vez que ella dice algo, el solo responde con una respuesta que se que a mas de una mujer le saca de sus casillas: "Esta bien mi amor, como tu quieras". El muy inocente cree que diciendo esto esta ganando puntos con el amor de su vida, pero en realidad ella lo esta probando constantemente si el es capaz de alguna ves tomar una decisión el solo.
Recuerdo la vez en que cumplieron los tres años, Maricielo había esperado ese día por meses, y ya lo estaba planeando desde antes, sabía que le iba a regalar, que ropa ponerse, es más incluso ya mandaba indirectas a Carlos de a que restaurante ir, con frases que todos los hombres conocemos: "mi amor, hay un lugar donde mis amigas y yo pasamos ratos agradables, es un lugar tranquilo, además sirven la comida que te gusta"; "Amor recuerda que te tienes que cortar el cabello, se te ve mejor así"; "Amor esa camisa celeste que compraste hace unas semanas atrás, te queda muy bonita".
Claro, como la mayoría de nosotros los hombres no entendemos de indirectas, y como a la mayoría de nosotros queremos que nos hablen directamente, el no entendió ninguna de las cosas que Maricielo, su dulce amada le decía, y lo único que atinaba a decir es lo que tu desees mi vida.
Llego el tan mentado día, Carlos se puso su mejor polo, si ese deportivo, ese mismo el que tiene el logo de su equipo de fútbol, un jean azul, que estaba limpio pero no nuevo, y se disponía a salir a los juegos mecánicos, cosa que nunca hacían, y el con toda la buena intención del mundo simplemente no le informó a su amada y dulce Maricielo, quien al recibir la llamada de su amado empezó a arreglarse para aquel día tan festivo, el galán llegó muy entusiasmado él, con una sonrisa en el rostro, que quien lo conociera diría este se fue al cielo y retornó. Tocó la puerta y la madre de su amada le dio la bienvenida, el esperó en la salita, y ¡Oh, Sorpresa!, su amada lucía el mas hermoso vestido que el jamás se hubiera imaginado, estaba preciosa, él quedó encandilado; y bueno ustedes imaginarán como quedó ella cuando vio a su amado en aquellas fachas, el reclamo de que habían quedado en ir al restaurante, y la camisa, y la salida, bueno y llegó la pregunta fatídica, ¿cuándo decidiste eso?, bueno ya se imaginan Carlos hasta ahora no se recupera de aquel lamento y griterío que hubo después, claro trato de arreglarlo, pero como saben las mujeres nunca olvidan nada. Pobre Carlitos… hasta ahora se pregunta en que se equivoco.
Esto me recuerda la historia de Carlos, un amigo mío que siempre anda en la luna, nunca sabe que hacer y si se le pide que organice una salida o una reunión, es más que un cero a la izquierda. Carlos mantiene una relación con una hermosa mujer, se conocieron hace cuatro años y están juntos tres; el nombre de la dama es Maricielo.
Como habrán de imaginarse quien organiza los paseos de esta pareja es nada menos que Maricielo, cada vez que ella dice algo, el solo responde con una respuesta que se que a mas de una mujer le saca de sus casillas: "Esta bien mi amor, como tu quieras". El muy inocente cree que diciendo esto esta ganando puntos con el amor de su vida, pero en realidad ella lo esta probando constantemente si el es capaz de alguna ves tomar una decisión el solo.
Recuerdo la vez en que cumplieron los tres años, Maricielo había esperado ese día por meses, y ya lo estaba planeando desde antes, sabía que le iba a regalar, que ropa ponerse, es más incluso ya mandaba indirectas a Carlos de a que restaurante ir, con frases que todos los hombres conocemos: "mi amor, hay un lugar donde mis amigas y yo pasamos ratos agradables, es un lugar tranquilo, además sirven la comida que te gusta"; "Amor recuerda que te tienes que cortar el cabello, se te ve mejor así"; "Amor esa camisa celeste que compraste hace unas semanas atrás, te queda muy bonita".
Claro, como la mayoría de nosotros los hombres no entendemos de indirectas, y como a la mayoría de nosotros queremos que nos hablen directamente, el no entendió ninguna de las cosas que Maricielo, su dulce amada le decía, y lo único que atinaba a decir es lo que tu desees mi vida.
Llego el tan mentado día, Carlos se puso su mejor polo, si ese deportivo, ese mismo el que tiene el logo de su equipo de fútbol, un jean azul, que estaba limpio pero no nuevo, y se disponía a salir a los juegos mecánicos, cosa que nunca hacían, y el con toda la buena intención del mundo simplemente no le informó a su amada y dulce Maricielo, quien al recibir la llamada de su amado empezó a arreglarse para aquel día tan festivo, el galán llegó muy entusiasmado él, con una sonrisa en el rostro, que quien lo conociera diría este se fue al cielo y retornó. Tocó la puerta y la madre de su amada le dio la bienvenida, el esperó en la salita, y ¡Oh, Sorpresa!, su amada lucía el mas hermoso vestido que el jamás se hubiera imaginado, estaba preciosa, él quedó encandilado; y bueno ustedes imaginarán como quedó ella cuando vio a su amado en aquellas fachas, el reclamo de que habían quedado en ir al restaurante, y la camisa, y la salida, bueno y llegó la pregunta fatídica, ¿cuándo decidiste eso?, bueno ya se imaginan Carlos hasta ahora no se recupera de aquel lamento y griterío que hubo después, claro trato de arreglarlo, pero como saben las mujeres nunca olvidan nada. Pobre Carlitos… hasta ahora se pregunta en que se equivoco.
Historia muy bonita, criosa, simpática, bien explicada, bien redactada... Me ha hecho sonreír... Aunque el final me lo imaginaba... Si pensáramos un poco en la otra parte y menos en nosotros otro gallo cantaría... Somos egoístas, egocéntricos... No es mi caso... Igual esta feo decirlo... Yo me desvivo porque el este bien y el solo piensa en el.. Y nunca ne agradece nada... Solo sabe quejarse... Algún día ne perderá y se arrepentirá... Hasta mi blog lo critica... Pero bueno cada uno es como es... Muackkkkk
ResponderEliminar